Resulta que la empresa que tiene los derechos de imagen de los equipos de fútbol, en un "oscuro plan para intentar maximizar sus ingresos", se dispone a cobrar un canon a las emisoras de radio para permitirles radiar los partidos desde las cabinas de radio, con el equipamiento y comodidades propios de ellas: Líneas RDSI, calefacción, buena colocación en la grada, etc.
Las radios, inicialmente se han cerrado en banda, negándose a pagar absolutamente nada por un servicio que hasta la fecha han recibido de forma gratuita. Sin embargo, la Liga de Fútbol Profesional (asociación que representa a todos los clubes) ha presionado a todos los clubes para que no permitan acceder a las instalaciones a ninguna radio que no haya pagado el canon.
Ante esta situación, las radios han mantenido el órdago y han empezado a retransmitir los partidos desde la grada mediante teléfonos móviles, o incluso desde los propios estudios de radio, utilizando la señal de televisión. Aunque pueda parecer lo mismo, están perdiendo mucho: El sonido ambiente, la calidad en la retransmisión (cuando narran desde un móvil), contar cosas que no se ven u oyen en la televisión, retransmitir desde los banquillos, etc.
Hasta aquí los hechos más o menos objetivos, lo que ha ocurrido y como ha ocurrido.
Las radios se agarran a tres argumentos para defender su derecho a retransmitir de forma gratuita: 1 - Que nunca les costó dinero, 2 - que el fútbol le debe mucho a la radio y 3 - el derecho a la información.
Respecto al primer punto, los oyentes/televidentes también podríamos decir que hubo un tiempo en que no pagábamos por ver el fútbol, o que el carné de nuestro equipo no nos costaba el sueldo de un mes. Pero, para lo bueno y para lo malo, nos hemos tenido que adaptar a la realidad de que el fútbol ha cambiado mucho, y ahora mismo es más un negocio que un deporte, al menos en la élite.
El segundo punto puede ser cierto pero, ¿Intentan con eso tocar la fibra sensible de la empresa propietaria de los derechos del fútbol para que renuncien a un dinero que les corresponde?
Por último, en cuanto al derecho a informar, es una treta demasiado recurrente en todas las versiones de periodismo. Recuerda al reportero de "Aquí hay tomate" increpando al famosillo de turno con un "Yo sólo hago mi trabajo, tengo derecho a informar". Creo que hay una delgada línea roja que es difícil de ubicar, pero en mi opinión, lo que hace un programa de 8 horas un domingo por la tarde no es informar, es entretener. Los resultados de los partidos se dan en 20 segundos dentro de un boletín informativo, pero esto no es lo mismo. Y en la medida que entretienen, el servicio que prestan ya no es de información, sino de ocio, y entonces sí creo que está justificado el cobro de un canon por parte de quien pone el espectáculo.
Si analizamos este problema bajo el prisma de los negocios, la cuestión queda bastante clara. Los programas deportivos del fin de semana ingresan por publicidad una barbaridad de dinero, gracias a la enorme audiencia que tienen. Más allá de la gran valía de los profesionales con los que cuentan (en algunos casos), lo cierto es que la "materia prima" de su negocio es el espectáculo que ofrecen los propios equipos y que, por lo tanto, tienen derecho a exigir una remuneración a cambio. Lo que no es normal es que, emisoras como la COPE se permitan fichar a casi todo el equipo de deportes de la SER a golpe de talonario, y no quieran pagar a "sus proveedores".
La gran ventaja con la que cuentan las radios es que por su naturaleza tienen la capacidad de contar el cuento como mejor les conviene. El mensaje es claro: "No al fútbol sin radio". Pero eso es lo que los oyentes les decimos a las propias emisoras: "No al fútbol sin radio, pagad un canon justo y ya está". De hecho, ambas partes quieren un fútbol con radio, sólo que una parte lo quiere cobrando y la otra sin pagar.
Como siempre, no es un tema de principios, y sólo será una cuestión de dinero. Quizá la demanda inicial haya sido más elevada de lo esperado por las radios, pero el no acuerdo no beneficia a nadie, de modo que están condenados a entenderse, y encontrar esa cifra que compense a unos y otros.
Las radios, inicialmente se han cerrado en banda, negándose a pagar absolutamente nada por un servicio que hasta la fecha han recibido de forma gratuita. Sin embargo, la Liga de Fútbol Profesional (asociación que representa a todos los clubes) ha presionado a todos los clubes para que no permitan acceder a las instalaciones a ninguna radio que no haya pagado el canon.
Ante esta situación, las radios han mantenido el órdago y han empezado a retransmitir los partidos desde la grada mediante teléfonos móviles, o incluso desde los propios estudios de radio, utilizando la señal de televisión. Aunque pueda parecer lo mismo, están perdiendo mucho: El sonido ambiente, la calidad en la retransmisión (cuando narran desde un móvil), contar cosas que no se ven u oyen en la televisión, retransmitir desde los banquillos, etc.
Hasta aquí los hechos más o menos objetivos, lo que ha ocurrido y como ha ocurrido.
Las radios se agarran a tres argumentos para defender su derecho a retransmitir de forma gratuita: 1 - Que nunca les costó dinero, 2 - que el fútbol le debe mucho a la radio y 3 - el derecho a la información.
Respecto al primer punto, los oyentes/televidentes también podríamos decir que hubo un tiempo en que no pagábamos por ver el fútbol, o que el carné de nuestro equipo no nos costaba el sueldo de un mes. Pero, para lo bueno y para lo malo, nos hemos tenido que adaptar a la realidad de que el fútbol ha cambiado mucho, y ahora mismo es más un negocio que un deporte, al menos en la élite.
El segundo punto puede ser cierto pero, ¿Intentan con eso tocar la fibra sensible de la empresa propietaria de los derechos del fútbol para que renuncien a un dinero que les corresponde?
Por último, en cuanto al derecho a informar, es una treta demasiado recurrente en todas las versiones de periodismo. Recuerda al reportero de "Aquí hay tomate" increpando al famosillo de turno con un "Yo sólo hago mi trabajo, tengo derecho a informar". Creo que hay una delgada línea roja que es difícil de ubicar, pero en mi opinión, lo que hace un programa de 8 horas un domingo por la tarde no es informar, es entretener. Los resultados de los partidos se dan en 20 segundos dentro de un boletín informativo, pero esto no es lo mismo. Y en la medida que entretienen, el servicio que prestan ya no es de información, sino de ocio, y entonces sí creo que está justificado el cobro de un canon por parte de quien pone el espectáculo.
Si analizamos este problema bajo el prisma de los negocios, la cuestión queda bastante clara. Los programas deportivos del fin de semana ingresan por publicidad una barbaridad de dinero, gracias a la enorme audiencia que tienen. Más allá de la gran valía de los profesionales con los que cuentan (en algunos casos), lo cierto es que la "materia prima" de su negocio es el espectáculo que ofrecen los propios equipos y que, por lo tanto, tienen derecho a exigir una remuneración a cambio. Lo que no es normal es que, emisoras como la COPE se permitan fichar a casi todo el equipo de deportes de la SER a golpe de talonario, y no quieran pagar a "sus proveedores".
La gran ventaja con la que cuentan las radios es que por su naturaleza tienen la capacidad de contar el cuento como mejor les conviene. El mensaje es claro: "No al fútbol sin radio". Pero eso es lo que los oyentes les decimos a las propias emisoras: "No al fútbol sin radio, pagad un canon justo y ya está". De hecho, ambas partes quieren un fútbol con radio, sólo que una parte lo quiere cobrando y la otra sin pagar.
Como siempre, no es un tema de principios, y sólo será una cuestión de dinero. Quizá la demanda inicial haya sido más elevada de lo esperado por las radios, pero el no acuerdo no beneficia a nadie, de modo que están condenados a entenderse, y encontrar esa cifra que compense a unos y otros.
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