viernes, 18 de noviembre de 2011

¡Y qué me importa a mí la prima de riesgo!

Ayer la prima de riesgo superó el límite de los 500 puntos básicos, alcanzando un interés del 7%. El gobierno, las administraciones, los medios, las empresas y los analistas económicos pusieron el grito en el cielo. "Al borde del rescate", decían. ¿Y los ciudadanos? Pues la gran mayoría felices de la vida, entre sus "opios particulares", según cada caso: el fútbol, los programas del corazón, las redes sociales, las manifestaciones por los recortes en educación, etc.

Señora, ¿Sabía usted que el estado español, es decir, ESPAÑA, gasta más (presupuestos) de lo que ingresa (impuestos)? ¿Sabe que esto no es nuevo de este año, sino que llevamos así desde antes de la crisis? ¿Sabe que cada año empeora la situación, porque además de la nueva deuda que contraemos, hay que pagar los intereses de la deuda acumulada? ¿Y sabe usted que para pagar toda esa deuda y todos esos intereses, ESPAÑA tiene que pedir prestado dinero? ¿Y sabe usted que para que a España le presten dinero, igual que si se pidiera prestado a un banco, hay que ofrecer una rentabilidad a los posibles inversores? ¿Y sabía usted que, dependiendo de la fiabilidad de cada país, esa rentabilidad es mayor o menor? ¿Sabe que España tiene que ofrecer una rentabilidad enorme para que nos presten dinero, porque si no los inversores no se fían y no prestan ese dinero tan necesario para que España sea viable? ¿Sabe a que a eso es a lo que se llama "los mercados"?

Caballero, ¿Sabía usted que esos 500 puntos que alcanzó ayer la prima de riesgo quiere decir que España se compromete a devolver los préstamos con un interés superior al 7%? ¿Sabe que si usted avala con una vivienda, el banco le presta dinero al 3-4%? ¿Y sabe usted que para comprarse un coche, la financiera de turno le presta el dinero al 7-8% sin más aval que sus dos últimas nóminas? ¿Y sabe usted que si compara los casos anteriores, eso quiere decir que los inversores no se fían de la capacidad de nuestro país para devolver los préstamos? ¿Y sabía usted que no nos queda margen para subir esa rentabilidad, porque se estima que por encima del 7% ningún país puede a la vez pagar la propia deuda y los intereses que esta genera? ¿Sabe usted que si esto empeora el siguiente paso, de forma inmediata, es el rescate?

Niñata, tú que dices que a ti la política y la economía como que no te interesan, ¿Sabes que si nos rescatan perderemos durante muchos años nuestra autonomía como país para los asuntos económicos? ¿Y sabes que entonces los recortes nos vendrán impuestos por la ley del "No hay dinero para pagar"? ¿Y sabes que eso provocaría una catarsis de aún más paro (debido a las dependencias directas e indirectas empresas-administración)? ¿Y sabes que eso nos va a condenar como país a perder gran parte de las políticas sociales a las que estamos acostumbrados? ¿Y sabes que eso te va a condenar a no poder tener nunca una casa en propiedad, a vivir día a día, en la inseguridad? ¿Y sabes que muchas empresas van a terminar cerrando? ¿Y sabes que finalmente, cuando nos estabilicemos, seremos un país tercermundista en plena Europa, con muy pocos servicios públicos gratuitos y trabajos precarios y mal remunerados?

Perroflauta indignado, ¿Sabes que en el momento económico actual la única salida posible es hacia adelante? Tú que dices que estás harto del PPSOE, ¿Sabes que ya no hay otra salida que intentar gastar cada vez menos y a la vez producir más, para intentar corregir el desequilibrio gasto/ingreso? ¿Sabes que las deudas hay que pagarlas? ¿Sabes que cualquier otra propuesta no es viable e implicaría nuestra salida del Euro? Y tú, que tan alegremente dices que no necesitamos a Europa, ni al BCE, ni al FMI, como si eso fuera todo, ¿Sabes que si saliéramos del Euro - podríamos volver a la peseta y devaluarla, sí, y eso nos permitiría facilitar la exportación y reactivar a corto plazo mínimamente la economía - pero, sabes que cualquier bien que comprásemos del exterior tendría un precio más elevado, proporcionalmente elevado a la devaluación de nuestra divisa? ¿Sabes que un Coche que ahora cuesta 15.000 euros podría costarnos 5.000.000 de (las nuevas) pesetas? ¿Sabes que se encarecería el precio de la carne, el pescado, la gasolina, la luz, el agua, el gas, los iPods, los iPads, los iPhones, los ordenadores, la ropa, etc.? ¿Y sabes que eso, a la larga, nos empobrecería muchísimo como país (léanse arriba consecuencias del rescate, y extrapólense a muy largo plazo)?

¿Que no sabían qué les importaba la prima de riesgo?
Pues ya lo saben.

La quiniela de los recortes

A un par de días de las elecciones, y con la noticia de ayer de la prima de riesgo alcanzando los 500 puntos básicos, voy a hacer un pequeño ejercicio para intentar adivinar qué medidas económicas adoptará el futuro gobierno durante el próximo año (muy probablemente durante los primeros 6 meses). Conste que en este post no quiero entrar a valorar la idoneidad o no de estas medidas, sino lo que creo que ocurrirá de forma inevitable.
  • Nueva reducción del sueldo de los funcionarios -> Entre un 5% y un 10%, según los casos
  • Reducción del importe de la prestación por desempleo
  • Reducción entre un 30% y un 40% de las partidas de gastos corrientes para todas las administraciones públicas
  • Modificación o supresión de la ley de dependencia
  • Vuelta de la publicidad a TVE
  • Aumento del precio de los combustibles y energía -> Gasolina, Gasóleo, Luz, Gas (Entre un 10% y un 15%)
  • Aumento del IVA al 20%
  • Aumento de impuestos para tabaco y alcohol
  • Aumento progresivo de todos los tipos de IRPF salvo, quizás, aquellos con rentas brutas inferiores a 12.000 € brutos anuales
  • Disminución del nivel de prestación de servicios en sanidad y educación, esto es: Aumentar el nº de alumnos/profesor, aumentar el número de ciudadanos/médico, etc.
  • ¿Copago en sanidad? La verdad, lo dudo. No descarto alguna solución de copago pero sólo para determinados colectivos en función del nivel de ingresos.
En cuanto a las medidas de fomento empresarial más impopulares:
  • Abaratamiento del despido
  • Vuelta del contrato de aprendiz, como plantea la CEOE

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un poco de autocrítica

Se llena la boca de los españoles a la hora de criticar la gestión de ZP. Tan deteriorada ha quedado su imagen, que en el propio PSOE le tienen guardado bajo la alfombra durante la campaña electoral. Inédito. El todavía presidente completamente escondido durante todo el periodo de la campaña. hoy día decir ZP ("zetapé") parece tener en sí mismo un tono despectivo para con el presidente. Curiosa percepción, cuando ese "zetapé" fue parte de la estrategia de marketing que le llevó a la Moncloa.

Decía que pocos españoles aprueban la gestión de ZP, muy al contrario la critican con acidez. Sorprendentemente, las actuaciones que más críticas han recibido, al menos desde el populacho o desde las propias bases socialistas, han sido las más sensatas (llámenlas "necesarias" si les suena mejor) de todo su mandato: las medidas de control del gasto, como la subida del IVA o la reducción del sueldo de los funcionarios.

En materia económica, ésa que ahora es la única que parece que importa, ZP hizo mucho más el indio en su primera legislatura que en la segunda. Recordemos, entre otras medidas: Un cheque-bebé pre-electoral (julio de 2007, 1 año antes de las elecciones) e insostenible (no duró ni 3 años) en los albores de una crisis que tardó demasiado en reconocer, y la deducción fiscal de 400 euros en 2008 (pocos meses antes de las elecciones) con la que terminó de dilapidar los restos de las migajas del superávit que quedaba de las épocas de las vacas gordas.

Los analistas económicos de distintos medios ya avisaban entonces del enorme despilfarro de estas medidas. Casi al unísono, salvo, lógicamente, la rama más afín a ZP. Incluso en el grupo PRISA había un cierto run-run, aunque nunca se sabrá si por un ataque de objetividad o por la guerra del fútbol en la que ZP benefició a sus nuevos amigos (Mediapro) en detrimento del antiguo imperio de Polanco.

El PSOE obtuvo 11.064.524 votos en las elecciones de 2008 (de un total de 25.514.671 votantes). No dejo de preguntarme por los motivos que en 2008 tuvieron más de 11 millones de españoles para votar a un presidente que ya había tenido tiempo de hacer el ridículo en multitud de ocasiones y que estaba destrozando la economía (no es culpable de la llegada de la crisis, pero sí de gestionarla de una manera nefasta). ¡¡ 11 millones !!

¿Es que nadie lee periódicos o se interesa en internet por la actualidad político-económica? Luego se ven encuestas por la calle en las que la gente habla en tono despectivo "A mi la política no me interesa", "Los políticos son aburridos", "Son todos unos mentirosos"... ¡¡Imbéciles todos!! ¡Es vuestro dinero el que gestionan! ¡Es el país que quedará para vuestros hijos! ¡O vuestra pensión! Parece que la política genera un desinterés tremendo pero, eso sí, todo el mundo tiene una opinión sobre el fútbol o sobre Belén Esteban (erraré poco si añado que "dependiendo del sexo"). Bueno, pues entre tanto "hastiado de la política"... ¡¡11 millones votaron a ZP!! ¿Algún votante ha hecho examen de conciencia y la reflexión de "yo también tengo mi parte de culpa en esta situación"?

Creo que esos 11 millones de votantes (paradójicamente la mayor parte de ellos serán profesionales de un perfil más bajo, y a estas alturas estarán especialmente golpeados por el desempleo) se merecen la situación que actualmente están viviendo. Confío en que situaciones extremas como la crisis que nos está tocando vivir hagan que esta sociedad viciada escarmiente y se conciencie de la importancia de la política, por aburrida que pueda parecer a veces.

España está pagando ahora (y las pagará durante los próximos 15 años, al menos) las crueles consecuencias de ser un país con un borreguismo extraordinario, un conformismo descorazonador y una pérdida de valores galopante. Somos el país de las cigarras en un mundo donde cada vez hay más hormigas: en Asia, en Sudamérica, etc. Y no hay comida para todos.

La segunda parte de la autocrítica tiene que ver con la burbuja inmobiliaria. "Los bancos son unos ladrones", "ahora me piden la letra de una hipoteca cuyo importe no se cubre con el valor actual de mi casa", "los gobiernos han permitido esta situación". Sin entrar en las anteriores afirmaciones, ¿Todos los hipotecados de españa fueron obligados a firmar? ¿Nadie pensó en que las cosas podrían no ir siempre tan bien? Extrapolando el famoso dicho de que "el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento", podríamos decir que "el desconocimiento de los ciclos económicos no autorizan ni el despilfarro ni la irresponsabilidad en el gasto".

Lo dicho, echo de menos algo de autocrítica, aunque me conformo con el severo escarmiento al que, como sociedad, estamos expuestos.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Los mercados como chivo expiatorio

Últimamente se escuchan mucho en los debates políticos y económicos de radio y TV críticas muy ácidas contra "los mercados". Incluso IU ha centrado parte de su discurso electoral en la frase "No habrá paz para los mercados", en un juego de palabras sobre la película de título "No habrá paz para los malvados". Resulta curioso que desde la clase política se echen balones fuera, culpando de la precaria situación económica de España y Europa a un ente abstracto como "los mercados". "Los mercados" como tal no son una institución ni organización, no tienen ningún representante o portavoz común, y no pueden ser inducidos en su conducta más que a través de la legislación.

"Los mercados" culpables de la crisis son sólo el conjunto de actitudes y voluntades que tienen como objetivo hacer dinero a través de la compra-venta en bolsa. Es decir, en ese intangible "los mercados" entran los brokers, las grandes corporaciones, los especuladores, el ciudadano de a pie que invierte su dinero en bolsa, etc. Por lo tanto, culpar a los mercados de determinadas situaciones económicas no es más que culpar a la naturaleza humana cuando de ganar dinero se trata.

Mientras que las decisiones políticas están sujetas al juicio de la ciudadanía, y por tanto, deben respetar los valores éticos más o menos establecidos en cada sociedad, los mercados se rigen por el capitalismo puro y duro. El capitalismo es a la economía lo que la selección natural es a la evolución: Una ley que formula que el pez grande se come al pez chico, sin miramientos, sin compasión, sin civismo.

Por ello, no podemos hablar de "los mercados" en los mismos términos que hablamos de "los gobiernos". No se puede pensar en "los mercados" como organización o institución de interés público, muy al contrario, el comportamiento de éstos responde a un conjunto de intereses económicos absolutamente indivuales o corporativos, pero nunca colectivos.

Es la libertad que se ha dado a los mercados la que nos ha llevado al punto en el que estamos. La globalización económica, social y tecnológica tampoco ha ayudado, precisamente: Lo que a nivel nacional podía controlarse mínimamente es ingestionable en el entorno actual. Es por ello que la única queja que podemos ejercer los ciudadanos es contra nuestros gobiernos e instituciones económicas internacionales (BCE, FMI, etc.), por no haber visto venir esta situación hasta que nos ha caído encima.

El comportamiento económico del mundo occidental en los últimos 15 años ha dejado a las claras que el modelo económico puro propuesto por Adam Smith no es viable a nivel macroeconómico (aunque sí en la microeconomía doméstica). Es necesaria una regulación internacional que supervise y controle los mercados.

Las grandes cuestiones que no debemos dejar de vigilar:
  • ¿Asumirá el mundo occidental su rol de pez pequeño en los siguientes ciclos económicos, o por arte de birlibirloque entraremos en una nueva dinámica bélica mundial que refinancie las tradicionales economías del primer mundo? Ojo con Irán y África.
  • ¿En qué punto se situará el nivel de intervencionismo de Europa/USA? ¿Podremos seguir llamándonos capitalistas o vamos a "estatalizar" demasiado la gestión económica de nuestros mercados?

domingo, 6 de noviembre de 2011

La jubilación que nos queda

Con motivo de la crisis económica que atravesamos, recientemente se planteó retrasar la edad de jubilación, debate que encendió a los sindicatos y algunas fuerzas políticas de izquierdas. Comparto de su discurso que debe garantizarse una jubilación digna para todo trabajador. No obstante, creo que tenemos que ser honestos con nosotros mismos, y me explico:

La jubilación fija una edad, a partir de la cual se considera que una persona tiene limitada su capacidad para trabajar en unas condiciones aceptables. Una vez alcanzada dicha edad, el jubilado recibe una pensión vitalicia, más o menos proporcional a lo que ha cotizado a lo largo de su vida laboral, es decir, a los impuestos que ha ido pagando al estado.

Tenemos que ser conscientes de que los avances sanitarios, tecnológicos y de calidad de vida hacen que los 65 años de hoy (o los de mañana) no sean equiparables a los de ayer. En los años 50, una persona de 65 años solía tener una calidad de vida que habitualmente le impedía seguir desempeñando su trabajo normalmente.

Por otra parte, desde un punto de vista puramente económico, es más que lógico que si la esperanza de vida crece (o simplemente si nos damos cuenta de que somos más pobres de lo que creíamos, como está ocurriendo en esta crisis) en algún momento haya que desplazar la edad de jubilación, en particular si las capacidades para trabajar no se ven mermadas.

¿Qué ocurriría en el caso contrario? Supongamos que toda la humanidad fuese infectada por un virus que provocara que a partir de los 40 años el cuerpo se degenerase rápidamente. Y supongamos que la esperanza de vida se situase en torno a los 45 años. ¿Mantendríamos la edad de jubilación en los 65 años? Lo normal es que se luchase por establecer esa edad a los 40, cuando la calidad de vida empeorase. Las arcas públicas podrían soportarlo dada la cercanía entre la edad de jubilación y la esperanza de vida. Pues el caso exactamente inverso es el que está ocurriendo día tras día en nuestra sociedad. Tenemos que asumir que nuestra mayor longevidad nos exigirá necesariamente una vida laboral más extensa.

Por supuesto que hay determinados casos en los que esto no es viable, en particular aquellos trabajos que soportan un desgaste físico importante: mineros, albaliles, pescadore, agricultores, etc. Pero para eso deberían estar los gobiernos, para desarrollar soluciones creativas que se ajusten a las necesidades de toda la ciudadanía.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Todos pagamos por el fútbol

Resulta que la empresa que tiene los derechos de imagen de los equipos de fútbol, en un "oscuro plan para intentar maximizar sus ingresos", se dispone a cobrar un canon a las emisoras de radio para permitirles radiar los partidos desde las cabinas de radio, con el equipamiento y comodidades propios de ellas: Líneas RDSI, calefacción, buena colocación en la grada, etc.

Las radios, inicialmente se han cerrado en banda, negándose a pagar absolutamente nada por un servicio que hasta la fecha han recibido de forma gratuita. Sin embargo, la Liga de Fútbol Profesional (asociación que representa a todos los clubes) ha presionado a todos los clubes para que no permitan acceder a las instalaciones a ninguna radio que no haya pagado el canon.

Ante esta situación, las radios han mantenido el órdago y han empezado a retransmitir los partidos desde la grada mediante teléfonos móviles, o incluso desde los propios estudios de radio, utilizando la señal de televisión. Aunque pueda parecer lo mismo, están perdiendo mucho: El sonido ambiente, la calidad en la retransmisión (cuando narran desde un móvil), contar cosas que no se ven u oyen en la televisión, retransmitir desde los banquillos, etc.

Hasta aquí los hechos más o menos objetivos, lo que ha ocurrido y como ha ocurrido.

Las radios se agarran a tres argumentos para defender su derecho a retransmitir de forma gratuita: 1 - Que nunca les costó dinero, 2 - que el fútbol le debe mucho a la radio y 3 - el derecho a la información.

Respecto al primer punto, los oyentes/televidentes también podríamos decir que hubo un tiempo en que no pagábamos por ver el fútbol, o que el carné de nuestro equipo no nos costaba el sueldo de un mes. Pero, para lo bueno y para lo malo, nos hemos tenido que adaptar a la realidad de que el fútbol ha cambiado mucho, y ahora mismo es más un negocio que un deporte, al menos en la élite.

El segundo punto puede ser cierto pero, ¿Intentan con eso tocar la fibra sensible de la empresa propietaria de los derechos del fútbol para que renuncien a un dinero que les corresponde?

Por último, en cuanto al derecho a informar, es una treta demasiado recurrente en todas las versiones de periodismo. Recuerda al reportero de "Aquí hay tomate" increpando al famosillo de turno con un "Yo sólo hago mi trabajo, tengo derecho a informar". Creo que hay una delgada línea roja que es difícil de ubicar, pero en mi opinión, lo que hace un programa de 8 horas un domingo por la tarde no es informar, es entretener. Los resultados de los partidos se dan en 20 segundos dentro de un boletín informativo, pero esto no es lo mismo. Y en la medida que entretienen, el servicio que prestan ya no es de información, sino de ocio, y entonces sí creo que está justificado el cobro de un canon por parte de quien pone el espectáculo.

Si analizamos este problema bajo el prisma de los negocios, la cuestión queda bastante clara. Los programas deportivos del fin de semana ingresan por publicidad una barbaridad de dinero, gracias a la enorme audiencia que tienen. Más allá de la gran valía de los profesionales con los que cuentan (en algunos casos), lo cierto es que la "materia prima" de su negocio es el espectáculo que ofrecen los propios equipos y que, por lo tanto, tienen derecho a exigir una remuneración a cambio. Lo que no es normal es que, emisoras como la COPE se permitan fichar a casi todo el equipo de deportes de la SER a golpe de talonario, y no quieran pagar a "sus proveedores".

La gran ventaja con la que cuentan las radios es que por su naturaleza tienen la capacidad de contar el cuento como mejor les conviene. El mensaje es claro: "No al fútbol sin radio". Pero eso es lo que los oyentes les decimos a las propias emisoras: "No al fútbol sin radio, pagad un canon justo y ya está". De hecho, ambas partes quieren un fútbol con radio, sólo que una parte lo quiere cobrando y la otra sin pagar.

Como siempre, no es un tema de principios, y sólo será una cuestión de dinero. Quizá la demanda inicial haya sido más elevada de lo esperado por las radios, pero el no acuerdo no beneficia a nadie, de modo que están condenados a entenderse, y encontrar esa cifra que compense a unos y otros.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Recorta tú que a mi me da la risa

La campaña electoral de las próximas generales está demostrando que la realidad supera ampliamente a la ficción. Fijándonos sólo en los dos "grandes" partidos (de tamaño, se entiende) dan ganas de echarse a llorar. En un ejercicio de falta de honestidad e insinceridad sin límites, los dirigentes de ambos partidos centran sus mensajes en los recortes que el rival supuestamente pretende hacer.

El PSOE, siguiendo la cultura del miedo ya empleada en anteriores comicios (véanse "que viene la derecha" o "si sale el del bigote os quitarán las pensiones") recrimina al PP supuestos recortes en educación y sanidad, y como guinda final, y de una forma apocalíptica anuncia "el fin del estado del bienestar". Ése es el mensaje principal del partido que ha gobernado España durante los últimos 8 años, y que ha gestionado (juzgue el lector si bien o mal) esta crisis.

El PP, siguiendo un hilo argumental similar, se centra igualmente en los recortes que el PSOE ha llevado a cabo últimamente...¡Pero si ha sido de lo mejor que ha hecho! Podría haberse centrado en determinados despilfarros pre-electorales a las elecciones de 2008 (cheque bebé, 400 euros de deducción del IRPF) cuando la palabra superávit era algo más que una quimera, pero no, se centra en criticar recortes más o menos sensatos, pero absolutamente necesarios.

IU y otras agrupaciones de menor peso electoral, sabedoras de que nunca (no al menos a corto plazo) tendrán que soportar el peso de la toma de decisiones económicas de estado, critican los supuestos recortes de unos y otros.

¿Esos son los políticos a los que tenemos que votar? ¿Los políticos del "¡...y tú más!"?

Hasta cierto punto, se entiende que no detallen el alcance de los recortes que tengan previstos, sobre todo aquellos con un impacto directo en la ciudadanía (lo que con cada vez menos fortuna se llama "estado del bienestar"). Nadie en política va tan a pecho descubierto, mucho menos cuando vienen tan mal dadas. Lo que no se entiende es que todo su argumentario político se base en la crítica al de enfrente, y mucho menos cuando ni ellos mismo saben si tendrán que recortar de la misma forma que ahora censuran.

Otro agravante de esta actitud, es el hecho de que, en la coyuntura actual, las fluctuaciones de los indicadores económicos están siendo de una magnitud tal, que ni PP ni PSOE conocen a priori cuál será la situación económica real a 1 mes vista, cuando el partido electo comience la nueva legislatura. Y no lo saben ni siquiera de forma aproximada. Es decir, que el conjunto de indicadores de: paro, deuda, prima de riesgo, etc. puede variar tanto que tengan que adaptar sus intenciones pre-electorales a una realidad mejor o peor de lo inicialmente estimado (seguramente mucho peor, en economía esto siempre es así).

Y por último está la demagogia, tan de actualidad en estas fechas. Todos acusando al vecino de que eliminará los derechos sociales. Sin descartar que eso pueda llegar a ocurrir, creo que hay muchísimos otros sitios sobre los que meter la tijera en primer lugar, como:
  • Los derroches de las administraciones públicas, ya paliados sólo en parte con la ley que les impone un techo sobre el gasto
  • Aumentar la productividad, pública y privada
    1. La privada es más compleja de gestionar, y no hay garantía de éxito, pues depende del empresario (y quizá de unas medidas sobre el empleo que abaraten el despido y provoquen una selección natural que potencie a los trabajadores más competitivos).
    2. La pública es más sencilla de identificar, aunque suele conllevar revueltas sociales de mucho mayor ruido, al ser colectivos acostumbrados al blindaje de sus condiciones laborales. Estoy convencido de que habrá nuevas bajadas de sueldo de los funcionarios, y probablemente una disminuación de la contratación, es decir, más horas de trabajo por funcionario, incluyendo educación, sanidad, seguridad ciudadana, etc.

Sin buscar los culpables de esta situación que ya es mala a nivel mundial (aunque especialmente difícil en España), si los que aún conservamos un empleo nos rasgamos las vestiduras con los 5 millones de parados, tendremos que asumir que es a nosotros a quienes nos toca ser solidarios ahora por el bien del país. Asumir esto implica que tendremos que asumir nuevas subidas en el IRPF, probablemente subida del IVA y otros impuestos como el carburante y, ojalá me equivoque, co-pago de algún tipo en sanidad.

Eso, o salirnos del Euro. Esto da para otro post bien completo pero, puesto que planteo la alternativa, creo que es importante dejar algunas preguntas en el aire:
  • ¿Cuántos griegos sometidos a referendum (si finalmente se hace) son capaces de, atisbar mínimamente las consecuencias que para un país tiene salir del Euro?
  • ¿Y españoles?
  • ¿Hemos demostrado a lo largo de la historia ser responsables o ser más bien una masa "cortoplacista"?